Decíamos pues que los personajes de V.V. (Van Velde) sienten la necesidad de algo más grande de ellos, que su felicidad no puede venir por sus propias fuerzas, por sí mismos, si no que debe llegarles desde el exterior, desde afuera(1).
La tercera figura, aquella que ha alargado el paso,tal vez lo ha entendido y por eso mismo se pone en camino, como los discípulos de Emaús(2) que caminando no se dan cuenta de haber encontrado la respuesta hasta reconocen un gesto familiar, y habiendo sentido arder sus corazones se ponen en marcha para contar lo acontecido.
Ha encontrado el más allá, ese "más allá" del cual nos habla Montale (3).
Notas:
1. Periódico bimestral The Others, julio/agosto 2008.
2. Los discípulos de Emaús (Lc 24, 13-35).
3. Montale E, Maestral, Huesos de sepia, 1925.
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