sabato 29 settembre 2012

E chiamarmi Giovanni

El último es un párrafo bellísimo que casi me da temor tocar, porque como dice un amigo: “Decir lo que dice una poesía no debería hacerse”. Así que lo mejor que puedo hacer es repetirlo: La amistad es el sentido, significado profundo, de la vida y del llanto y del estar solos. Pero subrayemos la palabra amistad, porque amistad para Riva es un encontrarse y caminar juntos hacia la casa, y una sola es la casa, el destino último, la realización total. Es profecía la amistad, significado del origen común de nosotros vivientes. Es decir, es un reconocerse juntos fundado en el origen y en el destino común, en lo humano que está en todos.
Pero volvamos a la cuestión juvenil. Si quisiéramos tachar de juvenil lo inexperto, lo impreciso [“great inexperience, immaturity, and every error denoting a feverish attempt, rather than a deed accomplished”, dice Keats en el prefacio a su Endymion], como algo negativo, algo errático, un “febril intento”, entonces no estamos en la vía correcta de interpretar “juvenil” para Riva. Antes bien, la inexperiencia es lo que llama la atención como dato de la juventud, de un abrirse al mundo: 

SONO COSÌ OSCURO
Ci sono giorni di festa
in cui volutamente mi scordo.
Me ne sto per ore
sulla sedia di paglia.
Mi piace guardare la strada, sotto. 
Purtroppo sono ancora così oscuro
a me stesso – talmente
incapace di dire – che non trovo
parole. 

Dice el último párrafo sono ancora così oscuro, soy aún tan oscuro. Se trata del hallazgo de la persona que todavía tiene que formarse, que no tiene lenguaje para expresarlo, porque como anotamos anteriormente, el lenguaje es la concretización. La extrañeza del ser, que se encuentra dentro del mundo, es un descubrimiento juvenil, el saberse solo ante el mundo [“yo no sabía que el mundo” dice Owen en sus poemas de Juventud].

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